domingo, 9 de diciembre de 2007

Subprime all over again.

Vuelvo con las pilas cargadas de mi breve desconexión Turolense, tras comprobar que, como comentaba en mi último post, previo al puente, la capacidad de gasto del consumidor español es tan fuerte e irreprimible como la de nuestros hermanos en gasto americanos: todo repleto, precios en hoteles de tres estrellas dignos de 5 estrellas, restaurantes a reventar, joyerías con turno de espera, etc; lo que es hoy por hoy, creo que el fin de 2007 no va a presentar desfallecimiento alguno en la tasa de crecimiento del consumo, por lo que el PIB repuntará probablemente.

En estos días, al retirarnos al hotel agotados después de pasar el día haciendo turismo, he sacado tiempo para leer el último Fortune que ha llegado a mis manos, el del 26 de Noviembre, que lleva una portada de las mejores que recuerdo en mucho tiempo: ¿Qué estaban fumando? (What were they smoking?), con las fotos de los CEO's de Citigroup, Merrill Lynch, Morgan Stanley y Bear Stearns junto con las pérdidas que, hasta el momento, han aflorado tras la crisis subprime. Fortune peca, a mi modo de ver, de oportunista, pues alaba a los "triunfadores" cuando todo va bien (todavía me acuerdo de los reportajes fastuosos sobre Enron o WorldCom) y hace leña del arbol caído cuando se tuerce el tema, pero hay que reconocer que la portada es impactante y valiente.

Y en el artículo interior, escrito por Shawn Tully (junto con recuadros magníficos de Carol Loomis, Geoff Colvin y Bethany McLean, que merecen la pena por sí solos), viene la que quizás es la mejor explicación sobre el mecanismo de titulización de hipotecas subprime que ha dado lugar a la crisis de la deuda CDO y, en consecuencia, a la crisis de liquidez/confianza/solvencia que aún tenemos encima. A continuación, y para que quede registrado en mi blog para los anales, copio la traducción de la parte del artículo que describe el proceso, explicado a través de lo ocurrido en Merrill Lynch.

" Merrill y otros bancos normalmente no operaban CDOs. Haciendo honor a su función de intermediarios, ayudaban a sus clientes a crear CDOs, cobrando su comisión, y después salían de la operación. Fue la decisión de Merrill alterar esta dinámica - convirtiéndose en un importante inversor en los fondos a los que asistía - la que metió a la firma en problemas.

Así es como una Obligación de Deuda Colateralizada (CDO) respaldada por hipotecas subprime debía funcionar. El juego comenzaba cuando un cliente - conocido como el Gerente del Colateral (GC) (collateral manager) - se dirigía a Merrill Lynch y le pedía que le facilitara financiación para crear un CDO que tendría como activo, por ejemplo, mil millones de dólares de bonos respaldados por hipotecas subprime. Los clientes eran en su mayoría grandes firmas gestoras de inversión como Pimco y Cohen & Co.

Para que las cosas funcionaran, Merrill ponía a disposición del GC los mil millones solicitados, cobrando una comisión del 1,5% o del 2%. El GC usaba el dinero para comprar bonos respaldados por grupos de hipotecas subprime (conocidos como valores respaldados por activos subprime, subprime mortgage ABS), emitidos por firmas de Wall Street, incluyendo a Merrill.

Al mismo tiempo, el equipo de Financiaciones Estructuradas de Merrill se ponía a trabajar creando una nueva variedad de bonos que estarían respaldados por los intereses y el pago de principal que el CDO cobraría de los ABS que poseía (para hacer las cosas más complicadas, los bonos que emitía el CDO se llamaban también CDOs. En esta historia, se usa CDO para referirse al vehículo de inversión y a los títulos por ellos emitidos bonos CDO). Usando complicados modelos matemáticos que predecían la probabilidad de impago y la rentabilidad entre otras cosas, los banqueros creaban distintos tramos de títulos con diferentes tipos de interés y niveles de riesgo.

En lo más elevado estaban los bonos supersenior, que tenían prioridad sobre el dinero que entraba en el CDO. Se diseñaban para tener un rating AAA de las agencias de calificación como S&P o Moody's - lo que indicaba que eran supuestamente tan seguros como los mejores bonos corporativos - y pagaban los intereses más bajos.

Merrill enviaba los bonos a su fuerza de ventas para distribuirlos entre Hedge Funds, Fondos de Pensiones y otros inversores. El atractivo de los bonos CDO era simple: pagaban mejores intereses que las emisiones corporativas con ratings similares. Y el el ambiente de tipos bajos de los últimos 7 años, los hedge funds hambrientos de rentabilidad estaban ansiosos por comprar cualquier tipo de papel que ofreciera rentabilidades extra. "La idea completa", dice Brad Hintz de Bernstein Research, "es coger un grupo de bonos con alto riesgo y baja liquidez y, a través de la magia de la titulización, ofrecer mayor rentabilidad que en títulos con el mismo rating".

¿Como fueron capaces los CDOs de ofrecer rentabilidades de primera en los bonos que emitían? La mayoría de ellos lo hicieron comprando los bonos con garantía hipotecaria más arriesgados y con menor rating - ya saben, los emitidos sobre préstamos a prestatarios con bajo crédito y dudosos currículums. Estos bonos pagaban lo que por entonces eran super rentabilidades del 9% y el 11% en 2006. ¿No tenían estos préstamos una elevada probabilidad de impago? Por supuesto que sí. Pero aquí está el punto clave, sobre el cual Wall Street se volvió majareta. Durante los primeros años del boom inmobiliario, las tasas de impago en todo tipo de hipotecas eran inusualmente bajas. Esto llevó a los banqueros - y, más importante, a las agencias de Rating - a construir asunciones irreales sobre los tasas de impago futuras en sus modelos de valoración. Y como los bonos hipotecarios subprime pagaban esos intereses tan elevados, los financieros pensaron que para tener problemas en los bonos CDO emitidos con mayor rating, un porcentaje inimaginablemente elevado de dichos bonos hipotecarios tendría que impagar. Por supuesto, eso es lo que ocurrió.

Nada de esto hubiese sido un problema complicado para Merrill si se hubiese limitado a montar los CDOs y cobrar la comisión y no se hubiese transformado en un fuerte inversor en ellos - colocándose con su propia droga (Getting high on its own supply), podría decirse."

Hasta el momento, Merrill Lynch ha declarado pérdidas relacionadas con CDOs por 7.900 millones de dólares, y su CEO, Stan O'Neal ha dimitido.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Puente de la "Consti"

Todo el país está preparando afanosamente el megapuente de la Constitución y la Inmaculada, de 4 días de largo; unos han desempolvado los esquís mientras otros disfrutarán de los 20 grados, con sensación de 25 al sol, en el mediterráneo.

No queda plaza hotelera libre, los parques temáticos tendrán colas de más de una hora para subir en las atracciones más solicitadas y, quien más quien menos, se ha buscado una escapada (a ser posible a Nueva York, que este año han vuelto, como en los ochenta, los famosos gimmetwos ibéricos), para respirar un poco antes de sumergirnos en las Navidades.

Con este panorama, leímos la pasada semana con perplejidad que el ingreso medio de los hogares españoles no llega alos 26.000 euros netos al año, o que los menores de treinta y cinco años destinan el 75% de sus ingresos a pagar las cuotas de sus hipotecas.

Por lo que volvemos a pensar lo que muchas veces hemos pensado aquí en MacroVistazo: cómo lo hacemos, quién paga las Visas, los restaurantes, los hoteles, los recibos del Q7 o del X5, o, como decía la famosa cancioncilla, de dónde saca, pa' tanto como destaca, nuestra clase media.

Y, poco a poco, un murmullo de voces nos contesta, voces lejanas, que cada vez suenan más altas y claras: es el crédito, es la deuda, es riqueza traída del futuro la que hace que nuestro presente sea una Arcadia feliz, despreocupada y gozosa en la que los nubarrones, y los pájaros de mal agüero que los anuncian, no tienen sitio.

(By the way; yo tambien me voy mañana, a comprobar en primera persona que Teruel también existe ¡no voy a ser el único que me quede en casa! ¡Ya pasarán la Visa el mes que viene...!)

domingo, 25 de noviembre de 2007

Contradicciones.

Este fin de semana se ha desarrollado en Valencia la feria inmobiliaria Urbe Desarrollo, feria que tradicionalmente a reunido a lo más granado de la promoción local y nacional con producto en la zona; a falta de los resultados finales, la impresión de los primeros días, jueves y viernes, en teoría días destinados a profesionales, ha sido de una mayor afluencia de público "con mucho interés en comprar, pero a medio plazo, gente interesada en comprar producto con entrega para dentro de dos años", según El Mundo del pasado sábado, "ya que así los futuros propietarios no pasarán por el aprieto de tener que buscar financiación para la compra".

No sé muy bien que es lo que los promotores quieren decir con esto, pero me parece un poco patético echar la culpa de sus escasas ventas actuales a la falta de financiación, ya que se supone que ellos ya tienen el préstamo promotor concedido y dispuesto para que el futuro comprador lo subrogue a la venta. ¿No habrán querido decir que la culpa de que sus ventas no cuajen es de los precios que se empeñan en mantener, claramente por encima de los que la demanda existente puede pagar?

Otra importante noticia del sector saltaba el viernes, las dificultades que está encontrando la catalana Hábitat Inmobiliaria en cumplir con la financiación que obtuvo para la adquisición de Ferrovial Inmobiliaria. Al parecer la falta de demanda debida a las dificultades de financiación actuales ha hecho que no puedan cumplir con su plan de desinversión de suelo, por lo que han tenido que pedir árnica a los bancos que, el pasado mes de marzo, tan generosamente nutrieron de financiación a Hábitat para la compra de otra empresa cinco veces mayor que ella. Sólo han pasado 8 meses y ya no pueden cumplir sus compromisos ¿cómo se planteó la operación, qué supuestos manejaron? Ahora les va a tocar convertir parte de la oepración en crédito participativo, para evitar la posible declaración de concurso.

Y es que el tema financiero, lejos de aclararse, cada vez se complica más. El mercado secundario de cédulas hipotecarias ("covered bonds", en la jerga anglo, que también incluye bonos municipales y cosas parecidas, con ratings elevados) se ha tomado las vacaciones de navidad por anticipado, cerrando en principio hasta la semana que viene pero con rumores de que se pueda cerrar hasta el año que viene si siguen las cosas como ahora. Los bancos que deben dotar de liquidez a ese mercado no lo hacen, pues, como pasa desde el verano, nadie sabe dónde están los créditos pochos, y, como todos piensan que sus propios créditos van a empeorar y van a necesitar capital y liquidez para sus necesidades, todos prefieren abstenerse de entrar en negocios ajenos y de prestar a su colegas, no vaya a ser que no devuelvan lo prestado.

Y si entre bancos no hay confianza, como para confiar en prestar a particulares u otros sectores, en especial cuando todos piensan que están acabados, en barrena, en clara recesión: todo el mundo del sector comenta el "cierre de grifo" con los promotores, constructores, etc, que no afloja, y que va a peor.

A todo esto, y para que la liquidez no falte, aunque luego quede embalsada y no circule, el Banco Central Europeo ha anunciado más inyecciones de dinero para la próxima semana; ya van casi 4 meses desde la primera actuación y la cosa no ha mejorado. Veremos que pasa.

Por último, y mientras los bancos de los dos lados del Atlántico continúan provisionando activos subprime en sus balances, la próxima ola de deuda infectada ya se anuncia: las titulizaciones de tarjeta de crédito, con importantes despegues en impagos y elevadas disposiciones de efectivo, por encima de las habituales, que anuncian mayor morosidad. Sobre esto ya hemos escrito aquí: si las tarjetas están dispuestas a tope y la gente no puede refinanciar sus deudas porque sus casas valen menos, los intereses son mayores, y el crédito es escaso, lo único que queda es impagar. Y, como en las subprime, de la micro a la macro, el mecánico de Ohio que impaga su tarjeta hace que la deuda titulizada en poder de los fondos, conduits, etc., se desplome, baje el rating, etc: otro desastre más, otro mercado paralizado, más contagio, meno crédito en el mercado.

Todo esto tiene que influir, antes o después, en el consumo y en el PIB. Aunque, al parecer, el famoso Black Friday, el viernes después del día de Acción de Gracias, ha sido un éxito. Como dijo alguien que no recuerdo, nunca desconfíes del poder del consumidor americano. ¿De dónde sacarán la pasta?

domingo, 11 de noviembre de 2007

Pendientes del Consumo.

La crisis subprime continúa dando coletazos; la pasada semana se cobró las cabezas de los CEO de Citi y Merril Lynch, y esta semana los buitres vuelan en círculos sobre las sedes de Wachovia, que anuncia fuertes provisiones en el cuarto trimestre, y, sobre todo, de Barclays Bank, presa de rumores de todo tipo, desde provisiones de 10.000 millones de libras a la dimisión de su CEO John Varley o del responsable de su banca de inversión Robert Diamon. Nadie tiene claro hasta donde se va a llegar, y mientras los bancos bajan en bolsa un 20, un 30 y hasta un 40 por ciento.

Con toda la importancia que esto tiene, todos esperamos que el apoyo de los bancos centrales y el sentido corporativo del propio sector haga que las cosas vuelvan a su cauce, aunque este cauce tenga que moderar inevitablemente su ímpetu en el aspecto crediticio para que todo siga fluyendo.

Mucho más importante es la situación del consumo, particularmente en Estados Unidos, por su influencia en el crecimiento económico mundial y, bajo mi punto de vista, por el posible efecto predictivo que en la economía española, gemela en muchos aspectos de la americana, pueda tener.

En uno de mis "feeds" USA favoritos, el New York Times, se han publicado últimamente unos cuantos artículos descriptivos de la situación financiera y de comportamientos de las familias, con ejemplos en primera persona, fotos, etc., en el que se describen los efectos de la crisis hipotecaria y la bajada del precio de la vivienda en América. No aportan nada nuevo sobre lo que ya se sabía del importantísimo efecto que sobre el crecimiento del consumo ha tenido todos estos años la revalorización hipotecaria, y de como la mayoría de las familias han dispuesto de la "equity" generada en sus hogares para hipotecarse más y cancelar sus tarjetas de crédito (y vuelta a empezar), cambiar de coche, comprarse motos de agua y poner encimeras de Silestone by Cosentino en sus cocinas.

Te encuentras multitud de casos de gente que debe el doble que hace 4 años y que se lo ha gastado en un par de TVs de plasma, jacuzzis, SUVs de 60.000 dólares y viajes a Tahití, y que ahora se encuentran con que su hipoteca ya no da para más, que su equity no sólo no ha aumentado sino que disminuye y que la revisión de sus hipotecas a tipos variables y la subida de la gasolina ha dejado sus ingresos mensuales menguados.

Sin mayor recurso al crédito hipotecario y con pagos fijos por tarjetas (al 20 y 25% de interés anual...) no tienen otro recurso que reducir su consumo: comprar menos, salir a cenar menos, etc., algo considerado casi antiamericano. Los malls tiemblan, y ya sufren la menor afluencia de público y las menores compras.

Ahora viene la temporada consumista por excelencia, Thanksgiving y Navidad; estaremos atentos a los datos de venta para saber cómo va a ser la temporada. Yo creo que va a haber, si no un descenso con respecto al año pasado, si una clara desaceleración del crecimiento interanual: no puede ser de otra forma, en algún momento se tiene que trasladar la situación (embargos, falta de crédito, práctica imposibilidad para refinanciar, cifras de crédito al consumo y tarjetas en máximos) a las cifras macro.

No olvidemos que la crisis subprime es una crisis con origen micro y consecuencias macro: la falta de pago de los hipotecados de Colorado han hecho que se vaya al cuerno un Banco Inglés y dos Alemanes, que dimitan varios CEO's de relumbrón y que en España los promotores no vendan una escoba. Lo lógico es que todo siga su curso, y que el comportamiento de las familias, que ha tirado del carro todos estos años sin desfallecer, llevando las cifras de consumo al 70% de PIB USA y haciendo que crezca por encima del 3% todos los años, sea el que ahora haga que el PIB reduzca su crecimiento, se reduzca el déficit exterior (con la inestimable colaboración del languideciente dólar) y aumente el ahorro nacional.

Por lo que respecta a España, dicen que lo que ocurre en los USA de traslada aquí en 12-18 meses. En el verano de 2006 se empezó a notar la crisis inmobiliaria en los USA y en 12 meses se empezó a notar aquí, por mucho que las estadísticas y datos oficiales hablen de que sólo se ha desacelerado el crecimiento, aterrizajes suaves, y tal y cual.

Aquí la inflación ya se ha desmadrado y la creación de empleo se ha desacelerado, pero el consumo sigue manteniéndose sin novedad. Si los USA acusan ahora la desaceleración, para el próximo otoño en España empezaremos a notar cómo la gente vuelve a quedarse en su casita y a ahorrar todo lo que pueda, por si las moscas. Eso si nuestro propio deterioro, que parte de posiciones más exageradas que las americanas (más déficit exterior, mayor crecimiento del precio de la vivienda, imposibilidad de devaluar ni de mover tipos de interés), no acelera el proceso.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Es el petróleo.

Todo el mundo está escandalizado estos días por la subida tan elevada de la inflación, lo cual indica el desconocimiento y la mala memoria de la mayoría de los media. Cualquiera que recuerde que el pasado año el petróleo tuvo una fuerte bajada de precios tras el verano, llegando a situarse en los sesenta y tantos dólares por barril después de haber superado los 75 $, y compare con los estratosféricos precios de estos días, tendrá a su alcance la respuesta al salto de 0,9% que el IPC armonizado ha tenido en octubre, llegando al 3,6%.

Nuestro diferencial con la media europea ha vuelto a incrementarse, llegando otra vez al punto redondo. Seguimos perdiendo competitividad en la Unión a pasos agigantados.

Sin embargo, no parece que a nadie con responsabilidad en estas lides le preocupe en exceso todo esto. ZP hoy en el Congreso ha vuelto a tirar balones fuera y a cantar las alabanzas de la economía nacional y el PP ha vuelto a interpretar la situación de forma demagógica, sin dar una idea ni aportar soluciones.

El petróleo hoy ha rozado los 98 usd, casi en la mítica frontera de los 100 dólares. En los oscuros tiempos de la estanflación, en los heroicos primeros ochentas, el precio del barril, a precios de hoy, alcanzó los 110 dólares, y no quiero recordar en que tasas de paro, poder adquisitivo y crecimiento nos encontrábamos.

Hoy en día, a pesar de que hasta el momento estamos absorbiendo subida tras subida sin rechistar, es posible que llegue el momento (si no ha llegado ya, como muestra el IPC) en que los costes no tengan más remedio que repercutir las subidas en los precios finales, por lo que esto no habría hecho más que empezar. Si el sentimiento general acoge la idea de que los precios se han desbocado, las demandas de subidas de salarios y pensiones estarán a la orden del día, realimentando el proceso de subida de precios. Y la inflación no se controla (leer mi anterior post) los halcones del BCE retomarán la subida de tipos, con el efecto ya conocido sobre el crédito y el consumo.

Los españoles no podemos controlar la política de cambio para fortalecer nuestras exportaciones en caso de reducción de la demanda interna, no podemos ajustar los tipos de interés a nuestras necesidades, sea para incentivar el crédito o para moderarlo, pues el BCE se va a fijar, como siempre, en Alemania y, si Sarkoman sigue poniéndose pesado, en Francia.

Y, para colmo, tenemos una dependencia externa del 90% de nuestro consumo energético, de unos combustibles, petróleo y gas, que es el verdadero oro de nuestros días, la sangre de nuestra civilización, por la que Chinos e Indios luchan a brazo partido, sin importarles su precio, para asegurar sus crecimientos de dos dígitos, en directa competencia con un occidente que, cada vez más claramente, está dormido en sus cómodos y decadentes laureles.

lunes, 29 de octubre de 2007

Los próximos y dolorosos años.

Todo sigue igual; el optimismo sigue siendo el sentimiento fundamental de la opinión pública. El nuevo máximo histórico del Ibex ha sido más importante que el nuevo máximo histórico del petróleo, ya rondando y superando sin complejos los 90 dólares. Los precios actuales están un 50% por encima de los que teníamos el año pasado, si bien ahora nos ayuda un cambio euro-dólar en mínimos, cerca de los 1,45 usd/eur.

Ahora mismo no se distingue claramente cual va a ser la tendencia de tipos en los próximos meses, pues dos tendencias distintas y opuestas empujan, o van a empujar, con fuerza.

Por un lado, las tensiones en los precios que está inoculando el petróleo (en los precios agrícolas, el transporte, los productos químicos, la energía, etc.) van a hacer que la inflación de los próximos meses crezca fuertemente, bien por encima de los objetivos europeos, máxime cuando comparamos interanualmente con precios del petróleo un 50% inferiores, como ya hemos dicho. Estas subidas de precios de productos básicos suponen un claro shock exógeno, pues los incrementos de precios no se deben a una mayor demanda interna, sino que nos vienen impuestos por el contexto internacional, llámese OPEP, guerra turco-iraquí, especulación, peak oil o como sea.

La consecuencia de esto, en lógica clásica, es una subida de tipos de interés para moderar la inflación, que es, no debemos olvidarlo, el único objetivo que tiene encomendado el Banco Central Europeo, al contrario que la Reserva Federal, que también tiene encomendado velar por el crecimiento de su país.

Hoy por hoy, con la famosa crisis subprime, que todavía estamos esperando que termine por desarrollarse del todo, el BCE ha parado sus planeados crecimientos de su tipo de intervención, pero no para de advertir que sigue alerta sobre la evolución de los precios.

Y aquí viene la segunda parte; los bancos centrales se fijan solamente en la evolución de los precios de bienes de consumo, e ignoran la evolución de los precios de los activos. Como es obvio, la política seguida estos años de tipos de interés en mínimos históricos -enfocados únicamente a recuperar la economía alemana y la francesa, apoyados en una inflación bajísima, fruto de la falta de demanda interna en Alemania y de la deflación “importada” desde los países orientales (¡viva la globalización!) - ha hecho que en países como España hayamos disfrutado de muchos años de tipos de interés negativos, de un sistema bancario ávido de crecimiento y beneficio y de fuentes de financiación inagotables, lo que ha provocado el mayor crecimiento de la historia en el precio de determinados activos, en particular de la vivienda.

Así, nos encontramos con las familias más endeudadas de la historia de España, con un sector inmobiliario y constructor hipertrofiado (18% del PIB), con un exceso de viviendas construidas que se cifran en unas 400.000 viviendas de más por año, y con los precios más elevados nunca vistos.

En este punto, continuando con nuestro escenario anterior, la actual crisis de liquidez, los tipos más elevados y la restricción del crédito han hecho ya que se paralice el mercado inmobiliario y que las valoraciones de los pisos se congelen e incluso empiecen a retroceder. Si continuamos con el incremento de tipos, como consecuencia del crecimiento de la inflación que antes describíamos, es evidente que las familias entrarían en problemas, crecería el paro, empezando por el inmobiliario, y se restringiría el consumo, realimentando el paro en el sector servicios (por ejemplo, en la hostelería, que es un 7% de nuestro PIB).

El tan temido paro hará que crezca aún más (ya crece por encima del 20%) la morosidad y las ejecuciones hipotecarias, que presionarían a la baja los precios de la vivienda, que, a estas alturas, ya habría comenzado a bajar estadísticamente de forma pronunciada. El efecto riqueza haría mella en las familias propietarias sin deudas, al ser conscientes del menor valor y posibilidad de venta de sus viviendas, y de la dificultad de obtener crédito con ellas como garantía de una banca más preocupada en arreglar lo que ya tiene dentro que en seguir creciendo.

Y llegados a este caótico punto, en plena recesión, con unos índices de paro elevados y con los precios de los activos en caída libre, dependemos nuevamente del contexto externo; si la inflación “importada” vía precios del petróleo está controlada, la bajada de la demanda hará que la inflación “interna” también se modere y los tipos puedan reducirse otra vez, pudiendo volver a un ciclo de crecimiento alcista, una vez se hayan purgado los excesos de la etapa anterior.

¿Cuánto puede durar esto? Las recesiones japonesa y alemana han sido largas y dolorosas, con ajustes en picado del precio de los activos y una demanda interna que aún no se ha recuperado, en el caso de Japón, y con fuerte ajustes salariales, estancamiento del precio de la vivienda, parón constructor y demanda languideciente también en el caso Alemán. Estos dos países no se han visto excesivamente afectados en su actividad gracias a un potente sector exterior que, con la crisis interna, ha aprovechado para potenciarse y aumentar su productividad, vía inversión y, sobre todo, salarios.

Pero nosotros no tenemos sector exterior, ya que no lo hemos necesitado: tenemos el el inmobiliario, una moneda fuerte y ningún problema de financiación. Y esto es lo que nos ha matado económicamente, lo que nos ha hecho creernos lo que no somos y lo que nos ha dejado en la situación actual, expuestos a la caridad de los extraños para mantener nuestro nivel de vida. Un país sin ahorro, que debe más que nunca a los demás, que no puede manejar su tipo de cambio, para relanzar su actividad interna empobreciéndose hacia fuera, como ha hecho siempre, y que no puede tampoco controlar su política monetaria, porque se la regaló a Frankfort a cambio de una prosperidad falsa que le va a costar una etapa de ajuste tan dolorosa que prácticamente nadie puede imaginar.

domingo, 21 de octubre de 2007

Los Indeseables

Esta semana han continuado las presentaciones de resultados de los bancos y cajas, y tres cosas han resultado comunes en los mensajes transmitidos por los directivos que las han realizado: el crecimiento de la inversión se ralentiza, la morosidad crece a mayor tasa que la inversión, por lo que los ratios de morosidad crecen, aunque ligeramente, y todos reniegan del sector inmobiliario, demostrando con todo tipo de argumentos lo poco que influye el sector en sus carteras de créditos y en sus resultados. No hace mucho un promotor de vivienda de costa me decía que su sector había pasado de ser la niña mimada de la banca a ser los apestados a los que nadie quería ni recibir, y no le faltaba razón.

Los mensajes transmitidos resultan creíbles por el momento; todas las entidades están haciendo lo posible para mantener los riesgos funcionando, estando a la orden del día las refinanciaciones, novaciones y apaños variados. No se entra en nuevas operaciones y todos estamos en stand by.

A pesar de todo, la incidencia del inmobiliario en la Banca es mayor que la que todos dicen, pues nadie puede olvidarse de que los asombrosos crecimientos de estos años, los fabulosos beneficios cosechados, crecientes ejercicio tras ejercicio, y las estrategias de expansión, sobre todo de las cajas y la banca mediana, se han basado única y exclusivamente en este sector.

El caso es que la percepción del funcionamiento del sector y de las ventas realizadas es malísima, y las perspectivas para los próximos meses aún peores. Otro promotor, en este caso de primera vivienda, nos comentaba esta semana que sus ventas habían descendido un 50%; de 60 viviendas al mes han pasado a colocar 30, y con todo tipo de facilidades de pago, regalos y propaganda. La bajada es escalofriante, pero más preocupante es la buena sensación que causó que nos dijeran que vendía ese 50%, porque la idea que todos tenemos es que, en realidad, no se vende nada.

Y es que no se vende. Los clientes normales no piden ya más crédito, y lo único que se solicitan son refinanciaciones y reunificaciones de deuda. La segunda vivienda está muerta, no compran ya ni los ingleses, que se están oliendo la tostada de la bajada de precios. La oferta de vivienda de segunda mano en costa es innumerable, y ahora mismo no conozco ninguna localidad con demanda.

En primera vivienda la cosa no es muy distinta, aunque, por definición, ahí siempre habrá compradores; sin embargo ahora, con el divorcio que hay entre precios y salarios (casi 9 años de sueldo para comprar un piso, cuando no debíamos pasar de 3…) y considerando que los tipos de interés reales hace tiempo que son positivos y que los plazos de las hipotecas ya no se pueden estirar más, la gente está esperando que ocurra algo; se cuentan con los dedos en toda España los compradores convencidos.

No creo que la situación se arregle a corto plazo, más bien al contrario. Esta tensión va a romper en algún momento, más pronto que tarde, y habrá bajadas de precios, más promotoras en concurso, gente que no pueda pagar sus hipotecas y pierdan sus casas (en muchos casos, casas que no necesitaban ni podían pagar, y que compraron con dinero que no tenían), y bancos y cajas que empiecen, primero, a publicar resultados inferiores a los del año anterior, a la vez que suben sus ratios de morosidad, y después, a publicar pérdidas, cuando la morosidad se desboque y las provisiones sean mayores que los márgenes conseguidos. Entonces comenzarán las fusiones y las compras, auspiciadas desde el Banco de España, y el sector volverá a dimensionar su tamaño, sus redes y sus empleados. Y vuelta a empezar.

martes, 16 de octubre de 2007

Insostenible

Han pasado ya más de dos meses desde la famosa crisis subprime y su posterior crisis de liquidez/solvencia/confianza, y hasta el momento la normalidad continúa brillando por su ausencia.

Cualquiera que esté metido en el mundillo financiero sabe que, con la excepción de alguna Caja “overcharged” o algún Banco mediano tirando a pequeño, el resto del sistema está resistiendo bien los envites de la situación; todos los importantes (BBVA, Caja Madrid, Popular, etc.) han sacado bola y han contado a quien le ha querido prestar atención lo líquidos que están y lo poco que les afecta el contexto; la verdad es que, con el BCE enchufando pasta a discreción (la M3 ya está creciendo al 11,5%) ¿quién necesita interbancario?

Lo que de verdad está pasando es que nadie, repito, nadie, está haciendo negocio. No hay operaciones, ni en mayorista ni en retail; nadie sindica nada por miedo a que los demás bancos no lo tomen, y los clientes no piden nada porque con la situación actual no ven el negocio. El inmobiliario está absolutamente paralizado a todos los niveles, en espera de que el club inaugurado por Llanera vaya ganando socios, y el resto de sectores está tan endeudado (la deuda de las empresas ha alcanzado máximo histórico, 128% del PIB) que ya no se compra ni un Cayenne más.

Y, a todo esto, los bancos medianos y pequeños y las cajas más radicales continúan con sus planes de expansión, sin tener en cuenta la situación. Todos estos años, con el crédito creciendo por encima del 20% (o del 30% o el 40% para algunas cajas…) las cuentas salían solas. Ahora todos tenemos más deuda de la que podemos pagar (menos el Sector Público ¡vivir para ver!) y ya no podemos más, pero las maquinarias de crecimiento desplegadas por las entidades financieras funcionan por inercia, y cuando se decidan a parar va a ser ya un poco tarde. Por el momento, y ante los problemas para financiarse, la guerra del crédito se está trasladando al pasivo, con algunas ofertas escandalosas, que dan una idea de lo desesperado de la situación de algunas Cajas y Bancos.

El problema es que, con tipos de interés reales negativos, como hemos tenido estos años y por excesivo tiempo, lo racional era endeudarse, y, para endeudarse con 50 entidades peleando por darte dinero, con una nómina y capacidad para respirar tenías todo el crédito que querías. Y todos tan felices: se vendían pisos, coches, muebles y viajes, el Estado se forraba a impuestos, el PIB crecía, los bancos y las cajas cobraban sus comisiones, hacían millones de nuevos clientes y rentabilizaban las oficinas en menos de un año, con un par de promociones más o menos medianitas.

Pero ahora ¿quién tiene el dinero? No hay ahorro, y el poco que hay se lo disputan todos los Bancos y Cajas, junto con sus bancas personales y privadas, pensando que también va a haber para todos.

Pero no va a haber, y se tendrán que cerrar oficinas, pues tenemos el mayor número de oficinas bancarias por habitante, y se tendrá que despedir a muchos de esos dinámicos directores de oficina y comerciales fichados a golpe de talón, cuando pase un tiempo y se demuestre que ni el empleado ni la oficina es rentable, y que los costes fijos merman una cuenta de resultados que la provisión para morosos se esta comiendo literalmente por los pies. Es insostenible.

martes, 2 de octubre de 2007

Moral hazards y otros temas de moda

En estas dos semanas largas que han pasado desde que escribimos por última vez la extraña situación en la que nos encontramos ha generado unos cuantos hechos importantes, el principal de ellos la sorprendente crisis de Northern Rock, uno de los principales bancos hipotecarios ingleses, modelo de eficiencia y crecimiento en estos últimos años, y que, por obra y gracia de la situación actual de incertidumbre ha pasado a mejor vida en cinco días; para colmo, hoy se ha publicado que Ruiz Mateos ¡ha estudiado comprarlo! Y, pa’ chulo él, lo ha rechazado porque está fatal.

El gobernador del Banco de Inglaterra, en defensa de la ortodoxia, dejó que cundiese el pánico en los impositores de Northern Rock, que invadieron las oficinas e hicieron cola durante horas para sacar su dinero. Por no caer en el famoso “moral hazard” o riesgo moral de salvar a los malos inversores con su intervención, dejó que el banco se fuese a cuerno y los ahorradores le retirasen su confianza. Después, acosado por las críticas, echó marcha atrás y empezó a inyectar liquidez, en la misma línea que el Banco Central Europeo o la FED. Si hubiese actuado así desde el principio se hubiese evitado la caida del Norther con total probabilidad; ahora no lo quiere comprar ni Rumasa.

En estos días se han publicado multitud de artículos explicando la actual situación y las causas y efectos que ha provocado (de los efectos todavía no se ha escrito mucho porque aún no se sabe hasta donde llegan). Un artículo excelente ha sido el que ha publicado El País Negocios ayer día 30 de septiembre, escrito por Guillermo de la Dehesa, y otros buenos los hemos leído en el New York Times y en el Daily Telegraph.

Hoy se han empezado a publicar resultados de los grandes Bancos, y se ha sabido que UBS ha entrad en pérdidas, que Citigroup ha rebajado sus beneficios un 66% y que Credit Suisse también está tocado. Va a ser espectacular cuando publiquen HSBC, Deustche, Barclays, etc. ¡que miedo!

De todas formas, lo que más nos interesa son los resultados de los Bancos Españoles; yo creo que las subprime no van a afectar a nuestros resultados: no tenemos conduits, y nuestros fondos no invierten directamente en CDO’s, por lo que la cosa no va a ser tan grave; lo que más preocupa es nuestra tasa de morosidad, para ver como evolucionan nuestros riesgos y nuestra economía.

Los bancos y las cajas españoles han estado haciendo un esfuerzo brutal de refinanciación y facilidades a ciertos clientes en el mes de septiembre para evitar que el ratio de morosidad crezca por encima de lo normal. No creo que haya sorpresas, de forma que es posible que poco a poco el interbancario se normalice (hoy el tres meses rondaba el 4,80% y el 12 meses ha bajado al 4,71%: curva invertida, a la que se añade la deuda 10 años al 4,44% ¿habrá recesión en los próximos 6 trimestres, como dice la experiencia anterior cuando esto ha pasado?).

Por último, la Crónica de una Muerte Anunciada: Llanera ha presentado concurso, tras casi un año agónico y tramposo. Por mi parte, sin novedad; lo raro hubiese sido que no lo hubiera presentado. No se puede desarrollar un proyecto serio gastando lo que no se había ganado, sin producto que vender y sin la humildad en los gestores necesaria para reconocer los errores y las situaciones tal y como de verdad son, no como la distorsionada mente de algunos iluminados las ven.

martes, 11 de septiembre de 2007

Seguimos en Stand By

La semana pasada, lejos de despejarse el panorama financiero internacional, se mantuvo la situación de incertidumbre, si bien con una actuación a mi modo de ver correcta por parte del Banco Central Europeo, que decidió aplazar su decisión y no aumentar tipos, en espera de una mayor claridad en los mercados de dinero.

Esto no sirvió mucho ni para las bolsas, que continuaron con su severo castigo a constructoras y bancos, sobre todo los más sospechosos de estar cargados de riesgo inmobiliario, ni para el interbancario, que llegó a pasar el 4,80% al año, si bien bajando casi una décima en los días siguientes, y que, envidioso del Libor, ya ha situado el tipo tres meses por encima del anual (4,75% vs. 4,71% hoy).

Los bancos siguen haciendo acopio de liquidez para atender sus compromisos de los próximos meses y no prestándola a los demás, hasta que la situación se aclare y se despejen las dudas sobre quien está afectado o no. El día que el BCE decidió no subir los tipos también enchufó alrededor de 45.000 millones de euros al mercado, actuando como autentico “lender of last resort”.

Y, en esta línea, hoy han comentado que nuestro Banco Popular ha paralizado una emisión de cédulas hipotecarias de 2.000 millones de euros porque el mercado le exigía pagar un precio superior a los 3 o 4 pipos sobre euribor a los que esta acostumbrado para este tipo de emisiones. Ahora todo lo que huela a hipotecario es tabú, aunque lo emita el banco con mejor calificación de España y el más eficiente de Europa. El Banco ha declarado que, al no necesitar el dinero por contar con liquidez suficiente, ha decidido esperar a que las aguas vuelvan a su cauce.

Así, no me extraña que Caja Madrid, Ahorro y Titulización y otras cajas se estén aplazando sus nuevas emisiones, pues puede ser desproporcionado el sobreprecio que deberán pagar para colocarlas. Habrá que ver hasta cuando pueden aguantar sin este recurso de financiación entidades que están creciendo su inversión por encima del 30%. Estaremos vigilantes sobre eso.

Como consecuencia de todo lo anterior, las tres prioridades actuales de los Bancos y Cajas españoles son pasivo, pasivo y pasivo: la lucha de este otoño va a ser encarnizada, un paraíso para los ahorradores sin ataduras bancarias.

Y esto vendrá justo en el momento en que, en el ambiente, en la conciencia general, en las conversaciones familiares y de café, se ha situado la idea de que las cosas no están bien, de que cada vez cuesta más llegar a fin de mes, o de que todo el mundo conoce a alguien que tiene un amigo, vecino o primo lejano que tiene en venta la casa porque no puede pagar la letra y lleva seis meses sin oferta alguna, sin saber que hacer, o conoce una promoción de su barrio que no se vende en la que están haciendo ofertas y bajadas de precio… que nadie acepta. La idea de que las cosas no marchan bien se ha instalado de sopetón, como pasa siempre, como en el 88 o el 92.

Aunque para alegrarnos la vida aparezca un sujeto impagable como Zapatero, que intenta vendernos su burra vieja desayunando con los tirantes rojos de Botín o diciéndonos que España está en la Champions League económica. ¡Es patético! Alguien le debía decir que esos comentarios hacen que la gente se ponga más nerviosa y se asuste aún más: no se puede ser más simple, actuando así se pone en contra de toda prudencia, que es lo principal en temas económicos ¡no ha aprendido nada de Solbes!.

La consecuencia de todo lo anterior es que las familias van a empezar a ahorrar más, a restringir el gasto y a ser más prudentes, con lo que, no hay mal que por bien no venga, se reducirá nuestra dependencia del ahorro exterior y, de rebote, bajará el déficit exterior, que falta nos hace. En contrapartida, el crecimiento será menor y el paro del sector servicios empezará a sumar al de la construcción, que ya ha aflorado en agosto. Con un poco de suerte, hasta se recupera la cordura y salir a cenar o a comer con la familia vuelve a ser algo económicamente razonable.

Esta semana y la que viene seguiremos pendientes de las renovaciones y emisiones de papel y de los resultados de los bancos de negocios, que deberán valorar sus carteras subprime; a ver hasta donde salpica cuando abran las compuertas.

Hasta la próxima.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Deuda de las familias

La semana pasada se ha mantenido el discurso general tranquilizador, con Solbes y la mayoria de los medios transmitiendo la estanqueidad de nuestro país a la crisis de liquidez/solvencia/confianza actuales, como si fuese una cosa de mercados anglosajones lejanos y extraños. Aquí nos hemos escapado con unos días de suspensión de cotización de un fondo de fondos de la Banca March, que invertía en otro fondo suspendido de la BNP algo más del 5% de su patrimonio, y nada más.

Mirando un poco más despacio, podríamos ver que el euribor tres meses ha pegado un estirón de medio punto y que de ahí no baja ni a tiros, alcanzando los tipos a un año, más menos 4,76-4,78%.

También han empezado a aparecer machaconamente en la prensa comentarios sobre lo mal que está sentando a las familias hipotecadas la subida del euribor, lo mucho que están subiendo las cuotas mensuales y lo asfixiados que van algunos. En algunos sitios se está empezando también a oir la idea de que el Estado debería ayudar a la gente endeudada, lo que llena de ira a la gente que, prudentemente, han decidido no endeudarse en un mercado en máximos con tipos en mínimo; argumentos parecidos también se están oyendo en los USA. En el fondo es normal: si los Bancos Centrales inyectan pasta sin límite cuando surgen problemas con inversiones no adecuadas ¿porqué no se va a ayudar a una familia que se ha comprado una casa sin haber ahorrado nada, pagando el 60% de sus ingresos en un contexto de tipos mínimos, cuota que se ha vuelto un 85% dos años después? Seguimos sin enterarnos de nada, la responsabilidad individual brilla por su ausencia.

Y en esto el Banco de España publica un nuevo dato de endeudamiento de las familias que, para variar sigue creciendo. Estamos ya en un 127% de la renta anual bruta disponible. el crédito a las familias llega a los 806.348 millones de euros frente a una renta bruta disponible de 633.596 millones de euros. En 2006 terminamos en el 124%; si sigue la tendencia llegaremos al 130% sin rechistar.

Lo más preocupante de estos datos, además de que en los años 90 estábamos en el 45% de la RBDA y que en el 2000 (¡hace 6 años y medio!) en el 70%, es que sólo un 40% de las familias tienen deuda bancarias, lo que quiere decir que la deuda, sobre la renta de estas familias, supone un 318%: una pasada.

En el contexto europeo ya nos acercamos a la deuda del Reino Unido, somos unos aprendices aventajados, porque en muy pocos años estamos alcanzando niveles de los paises anglo. Nos gana Dinamarca, UK, Irlanda y Holanda; todos los demás están por detrás. Me llama la atención siempre la escasa deuda de las familias italianas, a niveles de los paises del este, rondando el 30% de su PIB. Sobre PIB nosotros llegamos al 83,4%, y los british están en un104%.

Añadido a esto, el sector inmo sigue en una parálisis latente. Hoy he leido un comentario sobre las agencias inmobiliarias de Alicante en el que se hablaba de que la cantidad de pisos que no se venden y se incorporan al mercado de alquiler están haciendo bajar los precios de los alquileres considerablemente. También decían que gracias al alquiler el mercado el Alicante estaba resistiendo, porque las ventas habían bajado ¡un 90%!

En otro orden de cosas, me ha llamado la atención:
  • se sigue hablando la incidencia de la crisis hipotecaria en los impagos de tarjetas de crédito en los USA, ante la imposibilidad de refinanciar; se habla de crecimientos de los impagos del 30%.
  • Mark Gilbert, mi actual columnista favorito en Bloomberg, está haciendo unas crónicas magistrales sobre la crisis; hoy ha escrito una sobre la situación de Barclays, su recurso en dos veces a la linea de rescate del Banco de Inglaterra, los problemas de financiación de sus Structured Investment Vehicles por sus inversiones en CDO's, el despido de algún directivo de mercados o el sobreprecio que está pagando para financiarse en el Libor... Otros días ha escrito sobre la recalificación de ratings de emisiones de CDO's (de AAA a CCC en un paso!) o la antológica carta del gestor de Hedge Fund. Escribe de forma magistral.
  • Tengo pendiente de leer el especial de Fortune sobre la crisis, en el que vienen comentarios de Stephen Roach (al que últimamente he leido poco), Warren Buffett, etc. ¡Jugoso!
  • El NY Times ha publicado varios reportajes buenísimos sobre la crisis subprime y como afecta a las familias y a vecindarios y pueblos enteros. Es escalofriante. Llama la atención como comportamientos ilógicos a nivel micro (por prestamistas sin escrupulos y por prestatarios descerebrados) han desencadenado, via Banca de Inversión, Hedge funds e inversores varios, una crisis Macro global.

Por hoy nada más, seguimos esperando nuevas señales.

lunes, 27 de agosto de 2007

Notas del 27 de agosto de 2007

Hoy la prensa viene cargadita de buenos titulares, significativos de la situación venidera; simplemente los enumeramos:
  • "China se prepara para conquistar Occidente" (Expansión, página 8)
  • "Colonial - La deuda impide el dividendo - La compañía negocia la sindicación de un credito de 7.177 millones de euros" (Expansión, página 14)
  • "Las cotizadas han duplicado su deuda en cinco años por las compras - 266.000 millones" (Expansión, página 14)
  • "Las turbulencias crediticias ponen en jaque el boom comprador del capital riesgo" (Expansión, página 15)
  • "La banca se juega 230.000 millones de financiación en la tormenta del crédito" (Expansión, p. 17) - este artículo revela uno de mis principales miedos: que la Banca tenga problemas para financiarse en el exterior por falta de confianza en nuestro mercado. Resulta que somos de los que menos recurrimos a los mercados exteriores, cubriendo con nuesros depósitos un 82% de la inversión crediticia (UK sólo cubre un 62%, Italia el 67%); al final no vamos a estar tan mal.

Y dos noticias más "sociales"

  • "La espiral de pagos a extranjeros en paro roza ya los mil millones al año" (Expansión, p. 19) - Esto irá a más.
  • ""Según CCOO - Habrá 50.000 parados por cada punto que descienda la actividad del sector" (Expansión, p. 19) - Esto entronca con los comentarios de los promotores: dos parados más por cada piso menos que se construya; este datosiempre me ha parecido un poco exagerado: si construimos 800.000 viviendas y la demanda absorbe 450.000, me salen 500.000 parados de golpe. Con los datos de CCOO, salen 400.000 mas o menos.

Y una curiosidad de los USA:

  • "The next credit crunch? As home loan market tightens, mounting credit card debt could spur new crisis" (Chicago Tribune) - Comentan la dificultad en refinanciar la deuda de las familias con nuevas hipotecas, lo que impide que la gente cancele su deuda de tarjeta de crédito contra sus refinanciaciones, dejando cifras escalofriantes de deuda (50.000$y más...) a tipos de usura. La cuestión es que nadie se baja del carro; un tal Carl Steidtmann, Jefe Economista de Deloitte Research lleva a decir, solemnemente: "Tendremos que vivir de acuerdo a nuestras posibilidades. Sé que es un fenómeno problemático. Pero ya no vamos a poder gastar por encima de nuestro nivel de ingresos".

Esto último me deja perplejo: lo dice como si fuese una barbaridad, algo impensable, una verdad difícil de asumir... ¿Nos habremos vuelto de verdad tan majaretas? ¿No contaban con que algún día hay que devolver lo que te han prestado

Más notas en breve.

domingo, 26 de agosto de 2007

Punto de Partida

Por fin, tras varios años de euforia, ignorando el verdadero substrato de nuestra situación económica, ha tenido que venir una crisis generada más allá del atlántico para que nuestros "media" hayan comenzado a hablar sin tapujos de la situación real.

Con un endeudamiento de las familias del 130% de su renta bruta disponible, unos crecimientos de la deuda bancaria superiores al 20% anual en los últimos años, un sector bancario que encadenaba, año tras año, crecimientos y beneficios record obtenidos gracias al crédito, ahora es cuando nos estamos dando cuenta de la verdadera naturaleza de nuestra situación.

El sector del crédito en general hace muchos años que ya no es capaz de recaudar el ahorro suficiente que financie la inversión realizada, y el recurso al ahorro extranjero es la norma: hemos titulizado todo y lo hemos vendido todo a nuestros vecinos europeos, que, al pasar por una situación opuesta a la nuestra (ahorro y austeridad privados) han financiado nuestra fiesta sin pestañear.

¿No suena conocido? España es un pequeño USA, con unas cifras de déficit exterior aún mayores en proporción (cerca del 8% del PIB), un recurso incesante al ahorro internacional, via titulizaciones, un crecimiento del consumo sostenido y sin desfallecimiento, un sector industrial en declive y una economía que ha crecido gracias al inmobiliario (17% del PIB, 48% de la deuda bancaria al sector de empresas no financieras). Sólo nos falta encontrar nuestro particular "subprime" para parecernos totalmente a nuestros hermanos mayores.

Y este particular subprime puede estar a la vuelta de la esquina, en forma de hipotecas a familias impagadas gracias a las elevadas subidas del euribor, por el hundimiento del subsector del crédito rápido o por la paralización de la promoción de viviendas, sector que en este momento roza la inanición, con un servicio de la deuda descomunal, sin ingresos recurrentes ni operaciones extraordinarias cerradas desde hace mas de un semestre.

La crisis internacional de los mercados de crédito y deuda se ha producido, en opinión de la mayoría, por una importante falta de liquidez; esto ya se han encargado de rebatirlo los bancos centrales, inyectando dinero a mansalva. Otros observadores centran las causas en una crisis de solvencia: los activos "subprime"no valen ya nada, o casi nada, y nadie los quiere, y nadie presta a nadie por que no se sabe quien puede estar afectado: en mi opinión, a la crisis de solvencia se le une una importante crisis de confianza, que es lo que subyace en las subidas de los tipos a corto (el euribor a tres meses ya ha subido más de un cuarto de punto ¡en dos semanas!). Lo lógico es que todo vuelva a su sitio en pocas semanas, en el momento en que se compruebe "quién la lleva", es decir, quie se va a comer el brownie de la deuda subprime (hoy decían que los chinos tienen más de 8.000 millones de usd pillados: pueden ser los chinos, los alemanes, los islandeses...).

Pero lo que no va a cambiar en pocas semanas es el esfuerzo del 45% que tiene que hacer la mayoría de las familias todos los meses para pagar su recibo de hipoteca, o que una casa valga cerca de 8 veces el sueldo de un trabajador medio, o que el apalancamiento de nuestras exitosas multinacionales sea estratosférico: esto tardará años en equilibrarse, y la vuelta al equilibrio será de todo menos agradable. Otro día profundizaremos en esto