domingo, 25 de enero de 2009

RBS, R.I.P.

Esta semana se ha publicado una noticia que aquí en España ha pasado prácticamente desapercibida en nuestra prensa, pero que en MacroVistazo creemos que es muy significativa; hablamos de la publicación de las pérdidas de 2008 del Royal Bank of Scotland, el omnipresente RBS, que el año pasado ha perdido 28.000 millones de libras: las mayores pérdidas jamás presentadas por una compañía británica.

RBS ha sido en los últimos años uno de los principales animadores del mercado español de sindicados, gracias a la profesionalidad de su equipo, a su capacidad financiera y a su dinamismo. La capacidad de respuesta a la aprobación de operaciones, con sus comités de riesgos casi contínuos, y el afán de hacer cifra y liderar el mercado de su equipo directivo hacían su posicionamiento casi inalcanzable para la mayoría de los bancos españoles.

En MacroVistazo tuvimos la oportunidad, allá por 2004-2005, de codirigir un par de operaciones con gente de RBS, y tenemos un elevado concepto de su gente. Tenían recursos, financieros y humanos, inagotables, gran capacidad de trabajo y elevados conocimientos: nosotros fuimos siempre a remolque de ellos, aprendiendo, como aprendíamos también de los abogados que asesoraban las operaciones por parte de bufetes como Linklaters o Clifford Chance.

Recordamos a un personaje que era prácticamente una leyenda, el Director de Sindicaciones del Banco, del que decían que vivía en un castillo en Escocia y que era capaz de decidir sin equivocarse sobre el éxito y el pricing de cualquier deal sobre la marcha. También recordamos, con cierta preocupación por lo que haya sido o vaya a ser de ellos, a amigos como Javier o Nacho, y a muchos otros "currantes" de verdad.

Tanto crecimiento, tanta adquisición sin freno y la ambición sin límites de su dirección han hecho que RBS esté a día de hoy participado en un 70% por el gobierno británico, y que sus acciones prácticamente no valgan nada.

La cifra de pérdidas presentadas es inconcebible: 30.000 millones de euros, cinco billones (de los nuestros) de pesetas. Sólamente pensarlo da escalofríos, y esto nos recuerda las distintas formas en que la banca anglosajona y la nacional están enfocando la crisis.

Hasta el momento, ninguna entidad nacional ha presentado pérdidas, y no se espera que las presenten (habrá, ya ha habido, bajada de beneficios, muy moderada, en los bancos que han presentado resultados, como Banesto o Bankinter). Continuamos prefiriendo esconder la basura debajo de la alfombra de las daciones y las refinanciaciones antes que reconocer la pestilente situación de bastantes de nuestros riesgos. Y no vendría mal un ejercicio de sinceridad, una superdotación de provisiones que redujera significativamente los beneficios.

El no hacerlo en 2008 llevará a que en 2009 la cifra aflore sin poder evitarlo; este va a ser, como ya hemos dicho, un año decisivo para nuestro sistema financiero.