Esta semana se ha publicado una noticia que aquí en España ha pasado prácticamente desapercibida en nuestra prensa, pero que en MacroVistazo creemos que es muy significativa; hablamos de la publicación de las pérdidas de 2008 del Royal Bank of Scotland, el omnipresente RBS, que el año pasado ha perdido 28.000 millones de libras: las mayores pérdidas jamás presentadas por una compañía británica.
RBS ha sido en los últimos años uno de los principales animadores del mercado español de sindicados, gracias a la profesionalidad de su equipo, a su capacidad financiera y a su dinamismo. La capacidad de respuesta a la aprobación de operaciones, con sus comités de riesgos casi contínuos, y el afán de hacer cifra y liderar el mercado de su equipo directivo hacían su posicionamiento casi inalcanzable para la mayoría de los bancos españoles.
En MacroVistazo tuvimos la oportunidad, allá por 2004-2005, de codirigir un par de operaciones con gente de RBS, y tenemos un elevado concepto de su gente. Tenían recursos, financieros y humanos, inagotables, gran capacidad de trabajo y elevados conocimientos: nosotros fuimos siempre a remolque de ellos, aprendiendo, como aprendíamos también de los abogados que asesoraban las operaciones por parte de bufetes como Linklaters o Clifford Chance.
Recordamos a un personaje que era prácticamente una leyenda, el Director de Sindicaciones del Banco, del que decían que vivía en un castillo en Escocia y que era capaz de decidir sin equivocarse sobre el éxito y el pricing de cualquier deal sobre la marcha. También recordamos, con cierta preocupación por lo que haya sido o vaya a ser de ellos, a amigos como Javier o Nacho, y a muchos otros "currantes" de verdad.
Tanto crecimiento, tanta adquisición sin freno y la ambición sin límites de su dirección han hecho que RBS esté a día de hoy participado en un 70% por el gobierno británico, y que sus acciones prácticamente no valgan nada.
La cifra de pérdidas presentadas es inconcebible: 30.000 millones de euros, cinco billones (de los nuestros) de pesetas. Sólamente pensarlo da escalofríos, y esto nos recuerda las distintas formas en que la banca anglosajona y la nacional están enfocando la crisis.
Hasta el momento, ninguna entidad nacional ha presentado pérdidas, y no se espera que las presenten (habrá, ya ha habido, bajada de beneficios, muy moderada, en los bancos que han presentado resultados, como Banesto o Bankinter). Continuamos prefiriendo esconder la basura debajo de la alfombra de las daciones y las refinanciaciones antes que reconocer la pestilente situación de bastantes de nuestros riesgos. Y no vendría mal un ejercicio de sinceridad, una superdotación de provisiones que redujera significativamente los beneficios.
El no hacerlo en 2008 llevará a que en 2009 la cifra aflore sin poder evitarlo; este va a ser, como ya hemos dicho, un año decisivo para nuestro sistema financiero.