miércoles, 20 de febrero de 2008

Jeremy Grantham

El Financial Times de ayer 19 de febrero publica una entrevista-reportaje con Jeremy Grantham, analista bearish de 69 años que ha visto multitud de fases alcistas y bajistas y ha sido capaz de pronosticar los pinchazos de las burbujas más importantes de los últimos años: internet, Japón, emergentes, etc.

Entre otras muchas cosas nos ha interesado un comentario, más que nada porque coincide con nuestra opinión expresada la última vez el pasado domingo. Sobre el sector financiero y sus cotizaciones, Grantham dice:

" ... el inversor común - e incluyo aquí a la vasta mayoría de profesionales - debe ser muy precavido. Calcular el valor objetivo de las acciones de bancos es bastante complicado, pues en una crisis deben provisionar toneladas de activos. Es muy fácil sobrevalorarlos ahora mismo."

Es decir, volvemos a nuestra idea; por muy bajo que sea el PER en función de los beneficios esperados para el año, si desconocemos cuál va a ser la evolución de la cartera de créditos y de los morosos, no podemos saber si es una buena oportunidad de compra. La mora está creciendo a tasas del 50%; hasta que no se atenúe el crecimiento no podremos saber si las previsiones de beneficio se van a cumplir y, en consecuencia, si el precio es el correcto.

domingo, 17 de febrero de 2008

Crisis de fe

Esta semana ha habido bastante revuelo con un par de artículos publicados en Financial Times (el más importante, "spanish banks' reliance on ECB funding surges") comentando la creciente dependencia de las subastas del Banco Central Europeo por parte de nuestra banca. La prensa nacional ha reaccionado airadamente, bastante ofendida, e incluso la AEB ha enviado una carta defendiendo las actuaciones de sus asociados.

El principal argumento de FT reside en que la, por otra parte perfectamente admitida y legal, práctica de recurrir a la financiación del BCE usando como colateral la deuda hipotecaria titulizada puede estar aplazando en el tiempo la valoración por los mercados del inmobiliario español.

En realidad, esto no es ninguna novedad; ya hemos comentado en anteriores entradas de MacroVistazo las paralizaciones de diversas emisiones de deuda por parte de nuestros bancos y cajas, y en todas las presentaciones de resultados todos los CEO's de nuestros bancos se han vanagloriado de contar con una "segunda línea de liquidez" de elevado importe, que les garantizaba acceso a la financiación del BCE para cubrir sus necesidades en el medio plazo (FT también ha comentado esto en "Spanish banks build 'war chest' of assets").

No hay nada que objetar sobre la actuación de nuestra banca, que no difiere mucho de la que está llevando a cabo la banca holandesa o alemana. Si no hay interbancario a plazos de más de un mes, y si no se puede emitir, hay que recurrir al "lender of last resort". El BCE nunca ha ocultado su apoyo al sector financiero europeo en la crisis, proveyendo de la liquidez necesaria para que ningún banco pasase por lo que Northern Rock pasó, gracias a la cabezonería y falta de cintura del Bank of England. La postura del BCE fue clara desde el principio: los tipos no los toco para no favorecer la inflación pero pongo en la calle la liquidez que haga falta para que el sistema no tenga tensiones.

Y así estamos; hoy ha salido por fin la noticia de la nacionalización de Northern Rock, y hasta el momento en la eurozona no ha habido situaciones similares (si acaso, la de IKB, pero ese banco no es homologable con el resto del sector). En ningún caso se puede hablar de que el BCE haya tenido que recurrir a realizar ningún "bail out" de nuestros bancos o cajas, y en España ningún banco ha provisionado ni un duro por las subprimes, a diferencia de nuestros colegas británicos, suizos, franceses o alemanes. Toda una lección que se ha comentado con la boca chica en la prensa internacional.


Lo importante es, como siempre, lo que no se ha escrito. El miedo que tienen los directores financieros de nuestros bancos no es a no encontrar compradores de sus emisiones de cédulas hipotecarias, sino a tener que pagar un precio excesivamente elevado a los compradores del papel, pues cuando estás acostumbrado a pagar entre 3 y 5 puntos básicos sobre euribor es duro aceptar que tienes que pagar 15 ó 20 (o más: nadie sabe cuánto) por el mismo tipo de papel unos meses después de tu última emisión.

Y ese sobreprecio que en algún momento se deberá pensar en pagar obedece a una sospecha, que flota en el aire en los mercados, y que es que nadie sabe cómo van a evolucionar las hipotecas españolas en el actual contexto de bajada de actividad, parón inmobiliario y crecimiento del paro. Nadie quiere verse envuelto en otro subprime.

Y este, y no otro, es el motivo de la bajada brutal de las cotizaciones de nuestros bancos en lo que va de 2008: un 21,43% el Santander, un 19,57% el BBVA, un 19,83% el Popular, un 18,76% el Sabadell... Como ya hemos comentado otras veces, los mercados, que todo lo saben, sospechan que las provisiones por morosidad van a mermar ampliamente unos resultados ya de por sí afectados por la acentuada bajada de negocio que está ocurriendo en el ejercicio, y si esto fuese así, las previsiones de beneficio serán difíciles de cumplir, por lo que no hay más remedio que bajar la cotización, pues a menos earnigs, el price debe disminuir.

Hoy hemos leído, en New York Times, a nuestro socialdemócrata favorito, Mr. Paul Krugman, y le hemos copiado el título de su última columna para nuestro post de hoy. Siempre hemos dicho que la crisis de crédito no lo es tal, pues crédito hay; es una crisis de confianza, que es lo que falta para que el crédito se mantenga y crezca. Krugman dice que la crisis es de fe, fe en el sistema, en la capacidad de cumplir con lo prometido. Confianza o fe, da lo mismo; hasta que no las recuperemos seguiremos viviendo en esta extraña e incierta situación.

domingo, 10 de febrero de 2008

Opinión publicada.

En la información económica al alcance de gente interesada en el tema (o fanática de ella, como es el caso de los escritores de MacroVistazo) se pueden distinguir dos tendencias claras, y una carencia manifiesta.

Leyendo los medios internacionales, en particular americanos y británicos, se puede llevar un seguimiento detallado día a día de la situación financiera global, y por ellos nos enteramos de dónde se encuentran las próximas bombas crediticias. Sabemos que la próxima víctima de la deuda subprime pueden ser los bancos japoneses, que gracias a su política de tipos cero, superávits brutales e inundación global de liquidez han hecho que gran parte de la deuda en cdos se encuentre en las cuentas de sivs que cuelgan de los bancos nipones y que, siguiendo su tradicional costumbre de ocultar los problemas (recordando la megacrisis de los 90), aún no han sacado a la luz. Los mercados, que lo saben todo, ya descuentan las pérdidas por este concepto y han hecho que la bolsa de Tokio, gracias a la bajada de los bancos, haya tenido el peor comienzo de año desde ¡la Segunda Guerra Mundial!, con un 175 de bajada desde Navidad (lo dice Ambrose Evans-Pritchard en el Telegraph).

Otra tendencia, según FT, que apunta maneras es la crisis de la deuda corporativa, que sigue sin recuperar la actividad de antes del verano y que está comenzando a cotizar por dbajo de su nominal, rebajas que hacen algunas entidades o fondos con tal de sacar de su balance créditos sospechosos o de los que tiene más participación de la deseada.

También sabemos de los apuros que están pasando las monolines (MBIA, Ambac, etc.) para mantener su rating AAA, tras las enormes pérdidas que han contabilizado por las provisiones dotadas y pérdidas contabilizadas por su aval a emisiones degradadas. Todas buscan fortalecer sus fondos propios para no perder su único activo, que es su rating, aunque hay comentaristas que creen que ya no hay solución a estas firmas, dada la elevada degeneración que gran parte de la deuda que aseguran ha alcanzado. La pérdida de la triple A es trágica para sectores enteros, como los bonos municipales americanos, origen de nuevas tragedias futuras según Bloomberg si se quedan sin la garantía triple A.

Desde MacroVistazo recordamos un multitudinario almuerzo en el Ritz, con solomillo al foie incluido, pagado por MBIA a toda la comunidad de la banca de negocios madrileña en la primavera de 2004; confesamos que no vimos mucho futuro en España al negocio, de por sí dificil de explicar, a pesar de los esfuerzos de los conferenciantes para convencer al auditorio de las bondades de garantizar las emisiones o la deuda sindicada con su aval. Pocas operaciones con monoline se han hecho en España, sobre todo teniendo en cuenta que el coste de contratar la garantía y emitir con triple A era equivalente a la prima de riesgo que la emisión debía de pagar con su propio rating sobre los activos equivalentes AAA.

La otra tendencia informativa la encontramos en la prensa nacional, y es la clara división de la información económica entre medios pro PSOE y pro PP. No cremos que sea necesario aclarar los esfuerzos que uno de los bandos hace para hacer ver que la situación económica nacional es magnífica, que el bache actual es coyuntural y breve, frente a la tendencia de los medios contrarios en destacar la caótica, irrecuperable y desastrosa situación económica, social y laboral del país.

Desde MacroVistazo echamos de menos una mayor equidistancia, algún medio que nos cuente como están las cosas de verdad, que aunque claramente están mal, nos digan cuales pueden ser las soluciones, y que nos aclaren cuales son los problemas y las tendencias y cómo se pueden revertir.

Nos tememos que hasta que pase el 9 de marzo no vamos a poder tener una opinión objetiva en los medios. Esperamos con gran interés que las elecciones pasen pronto y que se tome conciencia nacional clara de los problemas para así poder poner las soluciones lo antes posible; cuanto más nos entretengamos en ocultar los problemas o en ennegrecer más de la cuenta la situación, peor para todos.

La verdad, y esta es la carencia, es que cuesta encontrar noticias y datos interesantes, como el que encontramos casualmente en Invertia la semana pasada, en el que se indicaba que, con datos del Ministerio de la Vivienda, en el segundo trimestre de 2007 habían bajado en Madrid las compraventas de pisos ¡un 46%!, cifra que sube al 53,8% en el caso de las viviendas de segunda mano. El dato es pasmoso, sobre todo si se tiene en cuenta que no se trata de datos del segundo semestre sino trimestre, sin que se incorporase la influencia del parón crediticio.

Y otro dato impresionante lo daba ayer Expansión, diciendo que, según la consultora RR Acuña, hay ahora mismo un exceso de 1.370.000 viviendas construidas en los dos últimos años a las que dar salida. Si damos por buenas las cifras de 350.000-450.000 viviendas a vender en este año y los próximos, salen más o menos 4 años de ventas, sin necesidad de construir ni una vivienda más.

El sector está parado y los precios aún no han comenzado a bajar, al menos en las estadísticas. Conocemos muchos casos de personas con inmuebles a la venta que no reciben ni una oferta por ellos; casas en costa y en ciudad grande o pequeña, lo mismo da. Las bajadas van a tener que ser espectaculares si queremos que el mercado se recupere. Aún no ha calado esta idea en la opinión pública, parece que nadie se decide a tirar la primera piedra todavía; o quizas nuestra prensa está tan ocupada en desviar la atención a otros sitios que no se ha percatado de como están las cosas en la realidad.

Más nos vale que llegue pronto el 10 de marzo.

domingo, 3 de febrero de 2008

Divergencias

En las dos semanas que han pasado desde nuestro último post han ocurrido tantas cosas que no sabemos por donde empezar. De entrada, las bolsas se pegaron uno de los mayores piñazos de su historia y, en reacción lógica, según explican los analistas técnicos y demás practicantes de la esoteria chartista, subidas vertiginosas (record en el día en el Ibex) y otros "rebotes del gato muerto".

Un tal Jerome Kerviel pasó a la posteridad por haber generado el mayor agujero en la historia del trading, 4.900 millones de euros, casi llevándose al hoyo nada más y nada menos que a un gigante como SocGen.

Como consecuencia de lo anterior (no se ha aclarado demasiado la influencia en la bajada de las ventas hechas por Societe Generale el fatídico lunes 21 de enero), la Fed bajó de forma extraordinaria los tipos del dólar en tres cuartos de punto, y, cogiéndole el gustillo al tema, en la reunión de esta semana los volvió a bajar otro medio punto más, hasta el 3,25%.

Y aquí viene la primera divergencia; nuestro BCE mantiene, impasible el ademán, su postura de vigilancia estrecha a la inflación, manteniendo el tipo en el 4% y advirtiendo de posibles subidas en caso de que la tendencia inflacionista no afloje. En los USA dan más importancia a la muy deteriorada situación, al estancamiento o recesión esperada, que a una inflación que, por otra parte, es más elevada que la europea.

Así, al BCE le atacan por todos los lados criticando su ortodoxia, y sólo unos pocos germanófilos comprenden que su postura de tipos altos y financiación sin restricciones es la correcta, aunque sea por el momento; cuando se calmen las subidas de precios, allá por primavera, seguro que el BCE entrará en la senda americana, pues la apreciación del euro no va a permitir mucho tiempo mantener la competitividad de los productos alemanes.

En cuanto a nuestra querida España, las divergencias son de todos los tipos en estos momentos. La inflación patria llegó al 4,4% en enero, algo que no veíamos desde hace muchos años, el paro ha crecido en diciembre por primera vez en mucho tiempo, y el déficit exterior crece y crece sin dar indicios de desfallecimiento. Por mucho que nos duela, lo que necesitaríamos es que el BCE nos subiera un puntito el tipo de interés, porque hemos vuelto a entrar en tipos reales negativos (el euribor año se ha relajado hasta el 4,3%, tras pasar el fin de año y volver un poco a su cauce las aguas del "funding" bancario). Si no fuera por el sentimiento de miedo y preocupación que reina entre la gente, y, porqué no decirlo, en la banca, el crédito tiraría nuevamente hacia arriba con alegría.

Y, a cuento de esto, surgen otras cuantas divergencias. Nuestro querido Gobierno y su manipulador partido pretenden hacer ver que la situación es inmejorable, alegando éxitos pasados, ocultando las miserias presentes y venideras, y sacándose de la manga la primera medida fiscal para animar la situación: 400 euros para cada contribuyente, una ridiculez. La calle, el día a día, ya sabe lo que se cuece, y todo el mundo ve los carteles de "se vende" en todas las calles, sabe que los bancos han cerrado el grifo y que las promotoras están en las últimas, sin vender una escoba, renovando letras y créditos como pueden.

Esto se sabe no porque trascienda claramente en los "media", sino por la principal fuente de conocimiento de la situación que tenemos todos, que es el boca a boca, el "conozco a uno que", los amigos, la familia. Esto nos da idea de la situación de forma más clara que la frialdad de las cifras macro o los sesudos informes del Banco de España o de cualquiera de los think thanks al uso.

La prensa económica se centra más en la situación financiera, en las grandes operaciones, en la evolución de la bolsa que en el día a día de la gente normal, de la clase media. Envidio a los americanos, porque en sus mejores periódicos (New York Times, Washington Post...) lees excelentes artículos sobre lo que pasa a la gente, a la clase media normal, te cuentan sus casos y sus vidas, cómo se las apañan. Artículos escritos de manera impecable que derrochan vida.

En España todavía no hay de esto, y se echa de menos. No hablo de amarillismo, hablo de contar la vida de la gente que se levanta temprano, que tiene problemas para pagar su hipoteca, que se junta con su familia los domingos a comer una paella, que tiene preocupación por su trabajo...

A este paso vamos a cambiar el nombre al blog por el de MicroVistazo.