domingo, 26 de agosto de 2007

Punto de Partida

Por fin, tras varios años de euforia, ignorando el verdadero substrato de nuestra situación económica, ha tenido que venir una crisis generada más allá del atlántico para que nuestros "media" hayan comenzado a hablar sin tapujos de la situación real.

Con un endeudamiento de las familias del 130% de su renta bruta disponible, unos crecimientos de la deuda bancaria superiores al 20% anual en los últimos años, un sector bancario que encadenaba, año tras año, crecimientos y beneficios record obtenidos gracias al crédito, ahora es cuando nos estamos dando cuenta de la verdadera naturaleza de nuestra situación.

El sector del crédito en general hace muchos años que ya no es capaz de recaudar el ahorro suficiente que financie la inversión realizada, y el recurso al ahorro extranjero es la norma: hemos titulizado todo y lo hemos vendido todo a nuestros vecinos europeos, que, al pasar por una situación opuesta a la nuestra (ahorro y austeridad privados) han financiado nuestra fiesta sin pestañear.

¿No suena conocido? España es un pequeño USA, con unas cifras de déficit exterior aún mayores en proporción (cerca del 8% del PIB), un recurso incesante al ahorro internacional, via titulizaciones, un crecimiento del consumo sostenido y sin desfallecimiento, un sector industrial en declive y una economía que ha crecido gracias al inmobiliario (17% del PIB, 48% de la deuda bancaria al sector de empresas no financieras). Sólo nos falta encontrar nuestro particular "subprime" para parecernos totalmente a nuestros hermanos mayores.

Y este particular subprime puede estar a la vuelta de la esquina, en forma de hipotecas a familias impagadas gracias a las elevadas subidas del euribor, por el hundimiento del subsector del crédito rápido o por la paralización de la promoción de viviendas, sector que en este momento roza la inanición, con un servicio de la deuda descomunal, sin ingresos recurrentes ni operaciones extraordinarias cerradas desde hace mas de un semestre.

La crisis internacional de los mercados de crédito y deuda se ha producido, en opinión de la mayoría, por una importante falta de liquidez; esto ya se han encargado de rebatirlo los bancos centrales, inyectando dinero a mansalva. Otros observadores centran las causas en una crisis de solvencia: los activos "subprime"no valen ya nada, o casi nada, y nadie los quiere, y nadie presta a nadie por que no se sabe quien puede estar afectado: en mi opinión, a la crisis de solvencia se le une una importante crisis de confianza, que es lo que subyace en las subidas de los tipos a corto (el euribor a tres meses ya ha subido más de un cuarto de punto ¡en dos semanas!). Lo lógico es que todo vuelva a su sitio en pocas semanas, en el momento en que se compruebe "quién la lleva", es decir, quie se va a comer el brownie de la deuda subprime (hoy decían que los chinos tienen más de 8.000 millones de usd pillados: pueden ser los chinos, los alemanes, los islandeses...).

Pero lo que no va a cambiar en pocas semanas es el esfuerzo del 45% que tiene que hacer la mayoría de las familias todos los meses para pagar su recibo de hipoteca, o que una casa valga cerca de 8 veces el sueldo de un trabajador medio, o que el apalancamiento de nuestras exitosas multinacionales sea estratosférico: esto tardará años en equilibrarse, y la vuelta al equilibrio será de todo menos agradable. Otro día profundizaremos en esto

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