domingo, 21 de octubre de 2007

Los Indeseables

Esta semana han continuado las presentaciones de resultados de los bancos y cajas, y tres cosas han resultado comunes en los mensajes transmitidos por los directivos que las han realizado: el crecimiento de la inversión se ralentiza, la morosidad crece a mayor tasa que la inversión, por lo que los ratios de morosidad crecen, aunque ligeramente, y todos reniegan del sector inmobiliario, demostrando con todo tipo de argumentos lo poco que influye el sector en sus carteras de créditos y en sus resultados. No hace mucho un promotor de vivienda de costa me decía que su sector había pasado de ser la niña mimada de la banca a ser los apestados a los que nadie quería ni recibir, y no le faltaba razón.

Los mensajes transmitidos resultan creíbles por el momento; todas las entidades están haciendo lo posible para mantener los riesgos funcionando, estando a la orden del día las refinanciaciones, novaciones y apaños variados. No se entra en nuevas operaciones y todos estamos en stand by.

A pesar de todo, la incidencia del inmobiliario en la Banca es mayor que la que todos dicen, pues nadie puede olvidarse de que los asombrosos crecimientos de estos años, los fabulosos beneficios cosechados, crecientes ejercicio tras ejercicio, y las estrategias de expansión, sobre todo de las cajas y la banca mediana, se han basado única y exclusivamente en este sector.

El caso es que la percepción del funcionamiento del sector y de las ventas realizadas es malísima, y las perspectivas para los próximos meses aún peores. Otro promotor, en este caso de primera vivienda, nos comentaba esta semana que sus ventas habían descendido un 50%; de 60 viviendas al mes han pasado a colocar 30, y con todo tipo de facilidades de pago, regalos y propaganda. La bajada es escalofriante, pero más preocupante es la buena sensación que causó que nos dijeran que vendía ese 50%, porque la idea que todos tenemos es que, en realidad, no se vende nada.

Y es que no se vende. Los clientes normales no piden ya más crédito, y lo único que se solicitan son refinanciaciones y reunificaciones de deuda. La segunda vivienda está muerta, no compran ya ni los ingleses, que se están oliendo la tostada de la bajada de precios. La oferta de vivienda de segunda mano en costa es innumerable, y ahora mismo no conozco ninguna localidad con demanda.

En primera vivienda la cosa no es muy distinta, aunque, por definición, ahí siempre habrá compradores; sin embargo ahora, con el divorcio que hay entre precios y salarios (casi 9 años de sueldo para comprar un piso, cuando no debíamos pasar de 3…) y considerando que los tipos de interés reales hace tiempo que son positivos y que los plazos de las hipotecas ya no se pueden estirar más, la gente está esperando que ocurra algo; se cuentan con los dedos en toda España los compradores convencidos.

No creo que la situación se arregle a corto plazo, más bien al contrario. Esta tensión va a romper en algún momento, más pronto que tarde, y habrá bajadas de precios, más promotoras en concurso, gente que no pueda pagar sus hipotecas y pierdan sus casas (en muchos casos, casas que no necesitaban ni podían pagar, y que compraron con dinero que no tenían), y bancos y cajas que empiecen, primero, a publicar resultados inferiores a los del año anterior, a la vez que suben sus ratios de morosidad, y después, a publicar pérdidas, cuando la morosidad se desboque y las provisiones sean mayores que los márgenes conseguidos. Entonces comenzarán las fusiones y las compras, auspiciadas desde el Banco de España, y el sector volverá a dimensionar su tamaño, sus redes y sus empleados. Y vuelta a empezar.

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