martes, 5 de julio de 2011

Sinceridad Alemana

Una gema oculta en Der Spiegel International: el pasado 1 de julio publicaban el artículo Greek-Style Austerity Would Be Hell for Germans en el que reconocen abiertamente su facilidad para exigir austeridad a los demás y la imposibilidad de aplicar en su propio país un ajuste similar al exigido a los griegos, en proporción a sus PIBs.

El artículo es claro y sincero, y merece una leída, pues da una idea de la gravedad de las medidas exigidas y de la imposibilidad de que puedan llevarse a cabo sin destrozar el tejido social griego.

Cada vez tengo más claro que, o se llega a la unión fiscal y se reparte el coste del ajuste entre todos los países del euro o Grecia (y vaya usted a saber cuántos países más) están abocados al default a medio plazo.

lunes, 4 de julio de 2011

Mas sobre banca española

La reestructuración de nuestro sector financiero continúa avanzando sin muchas prisas, con la salida a cotizar de CaixaBank la semana pasada y las opvs de Bankia y Banca Cívica en la calle, en espera de ver cómo se define la demanda y que precio finalmente se va a marcar, precio que, con toda seguridad, será de saldo, pues se barajan descuentos superiores al 50% del valor en libros.

Este fin de semana en El País Negocios han publicado un especial sobre la situación de las cajas en el que, entre otros buenos artículos, destaca una columna de Tano Santos, colaborador habitual del blog de Fedea Nada es Gratis, que se puede leer aquí, y del que destaco su párrafo final, que comparto al 100%, y que dice así:

La crisis bancaria aún no ha terminado. Queda el desapalancamiento de nuestro sistema financiero, completamente sobredimensionado como consecuencia de la burbuja inmobiliaria. Como no ha habido ni una sola quiebra y, por tanto, ni una sola quita, el desapalancamiento procederá mediante el lento proceso de generación de recursos propios y aprovisionamiento con los que absorber las pérdidas. El problema, por supuesto, es que las posibilidades de generación de recursos propios para las entidades puramente nacionales en una economía deprimida van a ser muy limitadas, y ello augura otro tipo de crisis que, sin ser el drama vivido durante los últimos meses, será una tragedia sostenida y silenciosa.

Toda una declaración de principios que, todos los que conocemos el sector desde dentro, no podemos por menos que compartir. Con el país en recesión y paralizado, con la inversión en descenso y muchas reestructuraciones cerradas en falso, con la remuneración del pasivo alcanzando límites absurdos, llevándonos derechitos al matadero y destrozando nuestros márgenes financieros, no hay que ser muy listo para ver que el sector tiene que tener una próxima y tajante nueva revolución.