sábado, 13 de diciembre de 2008

Islandia de mis amores

Desde MacroVistazo hemos seguido, y seguimos, con gran interés y preocupación la situación de ese extraño país que se llama Islandia.

Islandia es un ejemplo de lo que las finanzas modernas pueden llegar a hacer a un país, es decir, pasar de ser una nación de pescadores de bacalao y emigrantes a convertirse, de la noche a la mañana, en una de las naciones más ricas y con mejor calidad de vida de la tierra, para volver posteriormente a pasar, en otro santiamen, a ser un país intervenido por el Fondo Monetario Internacional, con un PIB en retroceso del 10% para 2009, con una deuda exterior inabordable, una banca quebrada y una ciudadanía desesperada, sin posibilidad de encontrar trabajo ni de pagar sus hipotecas (en yenes y francos suizos, por supuesto).

Las tasas de déficit exterior, deuda per cápita, de las familias y del sector financiero son escalofriantes; Islandia fue una pieza importante en el proceso de carry trade, e igual que el dinero vino, el dinero se fue.

Otro día intentaremos profundizar más en el tema, con el propósito de dejar escrito de la forma más clara posible lo que ha pasado. Por el momento, incorporamos el link a dos buenos artículos sobre el asunto, uno de The Economist y otro de Fortune, y también nos damos el gustazo de colgar la carta al Director de El País Semanal (por supuesto, no publicada) que desde MacroVistazo escribimos el pasado ¡7 de abril! como consecuencia de un reportaje llamado "La Buena Vida" (que ironía...), en el que John Carlin, escritor que nos gusta bastante cuando escribe sobre Golf, hacía una loa edulcorada sobre la genial y progresista vida del país polar. En MacroVistazo, a veces, también acertamos.

"Señor Director:

Es la segunda vez que leo al magnífico escritor John Carlin escribir en El País sobre Islandia y es también la segunda vez que echo en falta sus comentarios sobre la situación económica que atraviesa aquel país.

Islandia tiene un déficit por cuenta corriente relativamente más elevado aún que el español, llegando al 16% de su PIB. La dependencia de los capitales exteriores es tal que el tipo de interés de la Corona Islandesa se sitúa en el 15%, y sus bancos, motor de la expansión exterior de Islandia, acumulan activos por importe ocho veces superior al Producto Interior Bruto del país, y su deuda remunera a los inversores por encima de los 800 puntos básicos. La burbuja inmobiliaria también ha estado en pleno apogeo en estos años, y últimamente se teme por una estampida de los inversores extranjeros, de forma que su moneda se ha depreciado casi un 20% en menos de un mes. La compra apalancada de sociedades en el Reino Unido, Dinamarca, etc. se ha realizado con tal ímpetu que muchos definen a Islandia como un Hedge Fund disfrazado de país.

El paraiso socialdemócrata que describe Carlin tiene un coste elevado, y es ahora cuando Islandia tiene que empezar a pagar la factura.

Un saludo."