domingo, 10 de febrero de 2008

Opinión publicada.

En la información económica al alcance de gente interesada en el tema (o fanática de ella, como es el caso de los escritores de MacroVistazo) se pueden distinguir dos tendencias claras, y una carencia manifiesta.

Leyendo los medios internacionales, en particular americanos y británicos, se puede llevar un seguimiento detallado día a día de la situación financiera global, y por ellos nos enteramos de dónde se encuentran las próximas bombas crediticias. Sabemos que la próxima víctima de la deuda subprime pueden ser los bancos japoneses, que gracias a su política de tipos cero, superávits brutales e inundación global de liquidez han hecho que gran parte de la deuda en cdos se encuentre en las cuentas de sivs que cuelgan de los bancos nipones y que, siguiendo su tradicional costumbre de ocultar los problemas (recordando la megacrisis de los 90), aún no han sacado a la luz. Los mercados, que lo saben todo, ya descuentan las pérdidas por este concepto y han hecho que la bolsa de Tokio, gracias a la bajada de los bancos, haya tenido el peor comienzo de año desde ¡la Segunda Guerra Mundial!, con un 175 de bajada desde Navidad (lo dice Ambrose Evans-Pritchard en el Telegraph).

Otra tendencia, según FT, que apunta maneras es la crisis de la deuda corporativa, que sigue sin recuperar la actividad de antes del verano y que está comenzando a cotizar por dbajo de su nominal, rebajas que hacen algunas entidades o fondos con tal de sacar de su balance créditos sospechosos o de los que tiene más participación de la deseada.

También sabemos de los apuros que están pasando las monolines (MBIA, Ambac, etc.) para mantener su rating AAA, tras las enormes pérdidas que han contabilizado por las provisiones dotadas y pérdidas contabilizadas por su aval a emisiones degradadas. Todas buscan fortalecer sus fondos propios para no perder su único activo, que es su rating, aunque hay comentaristas que creen que ya no hay solución a estas firmas, dada la elevada degeneración que gran parte de la deuda que aseguran ha alcanzado. La pérdida de la triple A es trágica para sectores enteros, como los bonos municipales americanos, origen de nuevas tragedias futuras según Bloomberg si se quedan sin la garantía triple A.

Desde MacroVistazo recordamos un multitudinario almuerzo en el Ritz, con solomillo al foie incluido, pagado por MBIA a toda la comunidad de la banca de negocios madrileña en la primavera de 2004; confesamos que no vimos mucho futuro en España al negocio, de por sí dificil de explicar, a pesar de los esfuerzos de los conferenciantes para convencer al auditorio de las bondades de garantizar las emisiones o la deuda sindicada con su aval. Pocas operaciones con monoline se han hecho en España, sobre todo teniendo en cuenta que el coste de contratar la garantía y emitir con triple A era equivalente a la prima de riesgo que la emisión debía de pagar con su propio rating sobre los activos equivalentes AAA.

La otra tendencia informativa la encontramos en la prensa nacional, y es la clara división de la información económica entre medios pro PSOE y pro PP. No cremos que sea necesario aclarar los esfuerzos que uno de los bandos hace para hacer ver que la situación económica nacional es magnífica, que el bache actual es coyuntural y breve, frente a la tendencia de los medios contrarios en destacar la caótica, irrecuperable y desastrosa situación económica, social y laboral del país.

Desde MacroVistazo echamos de menos una mayor equidistancia, algún medio que nos cuente como están las cosas de verdad, que aunque claramente están mal, nos digan cuales pueden ser las soluciones, y que nos aclaren cuales son los problemas y las tendencias y cómo se pueden revertir.

Nos tememos que hasta que pase el 9 de marzo no vamos a poder tener una opinión objetiva en los medios. Esperamos con gran interés que las elecciones pasen pronto y que se tome conciencia nacional clara de los problemas para así poder poner las soluciones lo antes posible; cuanto más nos entretengamos en ocultar los problemas o en ennegrecer más de la cuenta la situación, peor para todos.

La verdad, y esta es la carencia, es que cuesta encontrar noticias y datos interesantes, como el que encontramos casualmente en Invertia la semana pasada, en el que se indicaba que, con datos del Ministerio de la Vivienda, en el segundo trimestre de 2007 habían bajado en Madrid las compraventas de pisos ¡un 46%!, cifra que sube al 53,8% en el caso de las viviendas de segunda mano. El dato es pasmoso, sobre todo si se tiene en cuenta que no se trata de datos del segundo semestre sino trimestre, sin que se incorporase la influencia del parón crediticio.

Y otro dato impresionante lo daba ayer Expansión, diciendo que, según la consultora RR Acuña, hay ahora mismo un exceso de 1.370.000 viviendas construidas en los dos últimos años a las que dar salida. Si damos por buenas las cifras de 350.000-450.000 viviendas a vender en este año y los próximos, salen más o menos 4 años de ventas, sin necesidad de construir ni una vivienda más.

El sector está parado y los precios aún no han comenzado a bajar, al menos en las estadísticas. Conocemos muchos casos de personas con inmuebles a la venta que no reciben ni una oferta por ellos; casas en costa y en ciudad grande o pequeña, lo mismo da. Las bajadas van a tener que ser espectaculares si queremos que el mercado se recupere. Aún no ha calado esta idea en la opinión pública, parece que nadie se decide a tirar la primera piedra todavía; o quizas nuestra prensa está tan ocupada en desviar la atención a otros sitios que no se ha percatado de como están las cosas en la realidad.

Más nos vale que llegue pronto el 10 de marzo.

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