domingo, 17 de febrero de 2008

Crisis de fe

Esta semana ha habido bastante revuelo con un par de artículos publicados en Financial Times (el más importante, "spanish banks' reliance on ECB funding surges") comentando la creciente dependencia de las subastas del Banco Central Europeo por parte de nuestra banca. La prensa nacional ha reaccionado airadamente, bastante ofendida, e incluso la AEB ha enviado una carta defendiendo las actuaciones de sus asociados.

El principal argumento de FT reside en que la, por otra parte perfectamente admitida y legal, práctica de recurrir a la financiación del BCE usando como colateral la deuda hipotecaria titulizada puede estar aplazando en el tiempo la valoración por los mercados del inmobiliario español.

En realidad, esto no es ninguna novedad; ya hemos comentado en anteriores entradas de MacroVistazo las paralizaciones de diversas emisiones de deuda por parte de nuestros bancos y cajas, y en todas las presentaciones de resultados todos los CEO's de nuestros bancos se han vanagloriado de contar con una "segunda línea de liquidez" de elevado importe, que les garantizaba acceso a la financiación del BCE para cubrir sus necesidades en el medio plazo (FT también ha comentado esto en "Spanish banks build 'war chest' of assets").

No hay nada que objetar sobre la actuación de nuestra banca, que no difiere mucho de la que está llevando a cabo la banca holandesa o alemana. Si no hay interbancario a plazos de más de un mes, y si no se puede emitir, hay que recurrir al "lender of last resort". El BCE nunca ha ocultado su apoyo al sector financiero europeo en la crisis, proveyendo de la liquidez necesaria para que ningún banco pasase por lo que Northern Rock pasó, gracias a la cabezonería y falta de cintura del Bank of England. La postura del BCE fue clara desde el principio: los tipos no los toco para no favorecer la inflación pero pongo en la calle la liquidez que haga falta para que el sistema no tenga tensiones.

Y así estamos; hoy ha salido por fin la noticia de la nacionalización de Northern Rock, y hasta el momento en la eurozona no ha habido situaciones similares (si acaso, la de IKB, pero ese banco no es homologable con el resto del sector). En ningún caso se puede hablar de que el BCE haya tenido que recurrir a realizar ningún "bail out" de nuestros bancos o cajas, y en España ningún banco ha provisionado ni un duro por las subprimes, a diferencia de nuestros colegas británicos, suizos, franceses o alemanes. Toda una lección que se ha comentado con la boca chica en la prensa internacional.


Lo importante es, como siempre, lo que no se ha escrito. El miedo que tienen los directores financieros de nuestros bancos no es a no encontrar compradores de sus emisiones de cédulas hipotecarias, sino a tener que pagar un precio excesivamente elevado a los compradores del papel, pues cuando estás acostumbrado a pagar entre 3 y 5 puntos básicos sobre euribor es duro aceptar que tienes que pagar 15 ó 20 (o más: nadie sabe cuánto) por el mismo tipo de papel unos meses después de tu última emisión.

Y ese sobreprecio que en algún momento se deberá pensar en pagar obedece a una sospecha, que flota en el aire en los mercados, y que es que nadie sabe cómo van a evolucionar las hipotecas españolas en el actual contexto de bajada de actividad, parón inmobiliario y crecimiento del paro. Nadie quiere verse envuelto en otro subprime.

Y este, y no otro, es el motivo de la bajada brutal de las cotizaciones de nuestros bancos en lo que va de 2008: un 21,43% el Santander, un 19,57% el BBVA, un 19,83% el Popular, un 18,76% el Sabadell... Como ya hemos comentado otras veces, los mercados, que todo lo saben, sospechan que las provisiones por morosidad van a mermar ampliamente unos resultados ya de por sí afectados por la acentuada bajada de negocio que está ocurriendo en el ejercicio, y si esto fuese así, las previsiones de beneficio serán difíciles de cumplir, por lo que no hay más remedio que bajar la cotización, pues a menos earnigs, el price debe disminuir.

Hoy hemos leído, en New York Times, a nuestro socialdemócrata favorito, Mr. Paul Krugman, y le hemos copiado el título de su última columna para nuestro post de hoy. Siempre hemos dicho que la crisis de crédito no lo es tal, pues crédito hay; es una crisis de confianza, que es lo que falta para que el crédito se mantenga y crezca. Krugman dice que la crisis es de fe, fe en el sistema, en la capacidad de cumplir con lo prometido. Confianza o fe, da lo mismo; hasta que no las recuperemos seguiremos viviendo en esta extraña e incierta situación.

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